El Sargento Stubby el perro que sirvió durante la 1º Guerra Mundial

El Sargento Stubby (julio 1916 – marzo 1926) fue el perro más condecorado de la Primera Guerra Mundial. Además, fue el único perro en ser nominado para este rango y ser, después del combate, ¡nombrado Sargento!

¿Qué hizo este perro para merecer tal honor? Hoy lo descubrirás todo sobre él…

 

Stubby estuvo 18 meses participando en, nada más y nada menos que, en 17 batallas en el frente occidental. Pero su mérito viene de otro lado…

Stubby salvó a su regimiento de un ataque con gas. Asimismo, encontró y consoló a los hombres que fueron heridos. Incluso, capturó a un soldado alemán. Todas estas hazañas ocuparon las primeras páginas de todos los periódicos importantes del mundo.

Eso sí, esto nunca hubiese sucedido si el soldado Robert Conroy no hubiese tenido la osadía de esconderlo durante su viaje hacia la guerra en buque. ¿Qué pasó cuándo lo descubrieron? Al principio, el comandante se negó a mantener el perro a bordo, pero cuando supo que había sido entrenado en el campo le permitió acompañarlos.

Stubby era un perro leal, además de tener otras características que lo hacían ser, perfectamente, ¡un soldado más! Es por esto que Robert Conroy se interesó por Stubby y se lo llevó a la guerra.

Pero la guerra es la guerra y Stuby fue herido en la pata delantera, por los alemanes, durante una retirada. La herida se produjo a causa de una granada de mano. A pesar de esto, Stubby se recuperó y lució con orgullo su primera herida de guerra cuando volvió a las trincheras.

Tras esto, Stubby fue herido por el gas mostaza, salvando así a todo el regimiento del mismo. Tras esto, fue el único responsable de la captura de un espía alemán. ¡Incluso ayudó a liberar a una ciudad francesa de los alemanes! Después de todas estas hazañas, fue cuando Stubby fue nombrado Sargento por el comandante.

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Casi al final de la guerra, Stubby fue herido en el pecho y en la pierna por una granada. Fue entonces cuando regresó a su casa. La vuelta no podía ser más grandiosa.

Stubby presidió innumerables desfiles, se ganó una medalla de oro de la Sociedad Protectora de Animales de Educación e incluso conoció a los presidentes Woodrow Wilson, Calvin Coolidge y Warren G. Harding.

Stuby era toda una celebridad y sus días acabaron plácidamente mientras dormía. Tras su muerte, se conservó su piel sobre un molde de yeso, para recordarlo siempre. Igualmente, recibió una esquela en el New York Times.

 

El Sargento Stubby: el perro que sirvió durante la 1º Guerra Mundial